Uno de los síntomas que más frecuentemente afecta a la mujer hoy en día es el dolor pélvico. Este síntoma en muchos casos se relaciona con la menstruación, es interpretado como una simple menstruación dolorosa y se maneja con analgésicos de manera usual, sin consultar al médico. Cuando este síntoma persiste por más de seis meses, bien sea de manera continua o cíclica, es motivo para consultar al ginecólogo porque una de las causas más frecuentes de dolor pélvico es le endometriosis.
¿En qué consiste?
Expliquemos primero qué es el endometrio: es la capa más interna del útero y se expulsa mes a mes mezclada con la sangre de la menstruación; esta capa interna se hace gruesa por efecto hormonal y se adelgaza al salir con la regla. El único sitio del cuerpo de la mujer donde debe existir endometrio es dentro del útero.
¿Qué pasa en la endometriosis?
Hay presencia de este tejido por fuera del útero: lo podemos encontrar en las trompas, ovarios, capa externa del útero, intestinos, en el peritoneo –que es la capa que recubre por dentro el abdomen– y en sitios tan lejanos como el ojo y el pulmón (casos poco frecuentes).
El síntoma principal de la endometriosis es el dolor pélvico que se inicia durante los días anteriores y persiste durante el sangrado menstrual, el cual puede ser más abundante de lo normal, fuerte, a veces incapacitante y puede requerir de analgésicos intramusculares o intravenosos.
Esta enfermedad, además de disminuir la calidad de vida puede afectar la fertilidad, debido a que llega hasta a obstruir las trompas de Falopio y comprometer la ovulación por parte del ovario. En algunos casos empieza desde la adolescencia y muchas mujeres suelen consultarlo por primera vez solamente cuando desean salir embarazadas.
El diagnóstico de endometriosis se basa en la sospecha por los síntomas y se puede confirmar por ecografía solamente cuando produce los quistes típicos a nivel de ovarios (endometriomas o quistes de chocolate). El diagnóstico definitivo se realiza por laparoscopia, que sirve también de tratamiento. La corrección quirúrgica por laparoscopia debe ir acompañada con medicamentos (vía oral o ampollas) que suspenden la menstruación por varios meses para que cumplan con su objetivo.
